La mayoría de los impactos del proyecto turístico Punta Bergantín sobre el medio ambiente son de baja y media intensidad, tanto en su fase de construcción como en la de operación, según revela el Estudio de Impacto Ambiental presentado durante las vistas públicas a la comunidad y a los interesados.
Mario Méndez, vicepresidente de la firma Empaca —empresa responsable de la investigación—, explicó mediante un comunicado de prensa que el estudio abarca un análisis detallado de los impactos ambientales y sociales asociados a todas las etapas del proyecto, desde la construcción hasta la operación de hoteles y otras instalaciones.
Durante la fase de construcción, considerada la más breve pero también la más compleja desde el punto de vista ambiental, se identificaron 22 impactos. De estos, 16 fueron clasificados como negativos de baja y media intensidad, mientras que 12 fueron considerados positivos y de alto impacto.
Los impactos negativos de baja intensidad se caracterizan, en su mayoría, por ser de corta duración, mitigables o reversibles.
En cambio, los positivos se asocian a la mejora de la calidad de vida y el poder adquisitivo de los trabajadores involucrados en el proceso constructivo, así como al aumento de la demanda de insumos, principalmente adquiridos en las comunidades cercanas a Punta Bergantín y Villa Montellano.