El uso que se le da al suelo en el país parece repartirse sin reglas, que conlleva a barrios enteros levantados en zonas de alto riesgo, cuevas milenarias amenazadas por la minería, industrias rodeadas de viviendas, y proyectos turísticos que avanzan sobre bosques y ríos.
Un diagnóstico reciente del Viceministerio de Ordenamiento Territorial confirma el territorio nacional se usa de manera caótica, y ese desorden amenaza vidas, la alimentación, la historia y ponen jaque a futuro
El problema comenzó con la expansión urbana en los años, donde se sembraron las bases del desorden que impera en la actualidad.
Aunque han pasado seis décadas, fue apenas en diciembre de 2022 cuando se promulgó la Ley de Ordenamiento Territorial.
El viceministro de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Regional, Domingo Matías, presentó la situación en N Investiga y pone como ejemplo que el Distrito Nacional, apenas tenía 14 kilómetros cuadrados y que con la expansión urbana al 2020, tiene una huella construida de más de 100 kilómetros cuadrados, sin ninguna regulación.
Indicó que ese crecimiento desorganizado no se limita a la capital y que toca a todo tupi de suela, que se clasifica en: urbano, agrícola, industrial, turístico o costero-marino. Dijo que en la práctica, todo se mezcla sin control, generando conflictos que ponen en jaque la seguridad y el desarrollo.