El sector del turismo en República Dominicana se enfrenta a un conjunto de retos que debilitan la capacidad para mantener su posición competitiva frente al resto de destinos, uno de ellos es el crecimiento acelerado del número de apartamentos turísticos, trayendo consigo el desposicionamiento del sector hotelero.
Así lo considera la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), que manifiesta que el país es el destino con mayor crecimiento en el sector inmobiliario, con una Tasa de Crecimiento Anual Compuesta (CAGR) superior al 23 % durante el período 2019-2023.
La organización aboga por una ley que regule las construcciones de apartamentos para fines turísticos.
De acuerdo a Simón Suárez, pasado presidente de Asonahores, muchos inversionistas extranjeros han optado por destinar sus recursos a la construcción de apartamentos en zonas turísticas debido que tienen los mismos incentivos que construir un hotel en el país, sin todas las regulaciones ambientales y municipales, certificaciones y normativas que esto conlleva, "convirtiéndose en una competencia desleal".
Además, dijo, evitan los costos que implica mantener una infraestructura hotelera. "No es lo mismo desarrollar un hotel de 500 millones de dólares donde hay que buscar esa inversión y amortizarla, que hacer un proyecto de apartamentos que sencillamente se va a vender y recuperas tu inversión inmediatamente", indicó.
Agregó que el pasivo laboral en un complejo hotelero es mucho mayor. "No es lo mismo un hotel de 500 habitaciones, que genera unos 800 empleos directos y miles de indirectos, mientras que en un edificio de 200 apartamentos, solo hay que contar con un personal de 20 personas", comparó.
El también vicepresidente de Relaciones Institucionales y Proyectos de Grupo Puntacana destacó que detrás de la construcción de un hotel, hay todo un encadenamiento productivo que se beneficia, como agricultores, prestadores de servicios, entre otros.
"Eso sin contar que el inmobiliario de toda la infraestructura hotelera debe cambiarse cada siete años, porque un turista no quiere venir al país y ver lo mismo", agregó el presidente de Asonahores, David Llibre.
Nuevos desafíos
En tanto, la vicepresidenta de Asonahores, Aguie Lendor consideró que el sector turístico en la República Dominicana enfrenta nuevos desafíos con la llegada de eventos internacionales, como una copa Mundial de FIFA y torneos de tenis, lo que abre oportunidades para diversificar la industria hacia el ecoturismo y el alto lujo.
Sin embargo, señala que la inversión extranjera se ha enfocado más en la parte inmobiliaria.
"Debemos trabajar para poder satisfacer la demanda de las habitaciones (hoteleras) que serían necesarias si se llegan a realizar este tipo de eventos", consideró.
Airbnb
Además, abordó el problema de los apartamentos alquilados a través de plataformas como Airbnb. "Mientras los hoteles están sujetos a estrictas regulaciones, como sistemas de seguridad, cámaras y control de identidad, los proyectos inmobiliarios no cumplen con las mismas normativas".
La ejecutiva dijo que la preocupación va más allá de lo económico, pues el turismo formal genera empleos y un encadenamiento productivo que el turismo inmobiliario no ofrece.
La falta de control y regulación en el turismo inmobiliario es vista como una amenaza social y económica, ya que puede afectar la seguridad y los empleos en el sector.
Lendor indicó que muchos extranjeros han optado por invertir para promover este nuevo mecanismo pero, a la vez, genera una sensación de inseguridad, con propietarios preocupados por la entrada y salida de personas desconocidas en sus edificios, algo que ya ha generado problemas en ciudades como Barcelona, España.
Incluir impuestos
Aguie Lendor considera que la inclusión de impuestos a las plataformas como Airbnb representa una oportunidad importante de ingresos para el gobierno, que se podría incluir dentro del actual proceso de reforma fiscal.
Según Lendor, es pertinente que este aspecto forme parte de la reforma, ya que el gobierno podría aprovechar este modelo de negocio para generar ingresos adicionales.
Destaca que el turismo inmobiliario no solo impacta al sector turístico, sino que también afecta los derechos de propiedad, ya que alquilar propiedades a corto plazo con fines comerciales es una actividad diferente a la residencial.
Por tanto, al tratarse de una actividad comercial, tanto las plataformas como los propietarios deberían pagar impuestos por los ingresos que generan.
Lendor sugiere que, además de las resoluciones del Ministerio de Turismo, sería necesario legislar sobre el turismo inmobiliario para regular adecuadamente su impacto en la economía y asegurar que estas actividades cumplan con las obligaciones fiscales correspondientes.
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